La recompensación comportamientos apropiados y no haciendo caso de comportamientos inadecuados causa la probabilidad que los comportamientos que usted desea que su niño exponga ocurrirán más con frecuencia, y aquellos usted desea que su niño para extinguir ocurra menos con frecuencia. Sin embargo, hay algunos comportamientos que no pueden ser ignorados, como fuga, agresión, etc. Estos comportamientos deben ser eliminados y sustituidos por comportamientos apropiados positivos. Para ayudar al niño a aprender comportamientos de reemplazo, los padres deben analizar los acontecimientos que rodean los comportamientos, así como el comportamiento sí mismo.
Vaya a volver a mi ejemplo más temprano del niño cuyo comportamiento de problema lanza rabietas que incluyen el grito y la golpeadura principal. La observación del comportamiento del niño revela que las rabietas ocurren siempre que el niño no consiga su camino, que por supuesto, es a menudo. Mirar más con cuidado el comportamiento y lo que pasa antes de que esto ocurra, uno puede ver que el niño, que no se comunica verbalmente, a menudo indica señalando, chillando, o mirada fija de ojo, que hay algo que él quiere o quiere hacer. Estos indicadores ocurren dentro de unos segundos antes de la avería, si no reconocido. ¿El segundo paso debe identificar a qué la avería parece, haciendo a preguntas como, Cuánto dura esto? ¿Con qué frecuencia pasa por día/semana? ¿Cuál es la conciencia del niño de él/otros mientras pasa? ¿Hay allí alguna condición que influye o cambia la naturaleza de la avería? Finalmente, el padre debe considerar lo que sus/sus respuestas son a los comportamientos, anotación, si es necesario, como ellos han sido manejados, es decir, recogiendo al niño, frotando su cabeza, diciendo algo al niño, etc. Los conductistas hablan de acontecimientos que ocurren antes de la avería como acontecimientos de antecedente, y aquellos ocurriendo después de la avería como acontecimientos consiguientes. Además, el análisis y la medida de los comportamientos de avería ellos mismos permiten que conductistas sepan cuando un cambio ha sido efectuado.
Una vez que los acontecimientos de antecedente son identificados, el padre puede modificar o estructurar el ambiente del niño de modo que ellos ocurran menos con frecuencia, es decir, estando al acecho de señalar o la mirada fija de ojo del niño en el ejemplo encima e interpretar rápidamente para reconocer la comunicación del niño. Ellos también pueden determinar si los acontecimientos consiguientes son de algún modo que positivamente refuerza el comportamiento negativo del niño, es decir, calmando al niño y acariciando su cabeza. Si los acontecimientos consiguientes refuerzan positivamente el comportamiento negativo, el padre puede quitarlos. Finalmente, el padre puede establecer comportamientos de reemplazo, que son divididos abajo en pequeños pasos que el niño puede manejar y que el padre puede reforzar con la alabanza y otras recompensas.